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La integración de técnicas analógicas con herramientas de inteligencia artificial emerge como una de las tendencias más transformadoras del diseño gráfico en 2025. Esta hibridación está generando un nuevo paradigma creativo donde la calidez y la imperfección de lo manual se entrelazan con la precisión y las posibilidades infinitas de los algoritmos, dando como resultado piezas visuales que capturan lo mejor de ambos mundos. Los diseñadores están redescubriendo el valor de la textura, el grano y las imperfecciones del mundo físico, mientras aprovechan el poder de la IA para amplificar estas cualidades y crear composiciones imposibles de concebir previamente. Este fenómeno no se limita a una simple yuxtaposición de técnicas, sino que representa una verdadera simbiosis donde lo tangible y lo digital se alimentan mutuamente para expandir las fronteras de la expresión creativa.
El renacimiento de lo tangible en la era digital
A medida que avanzamos más profundamente en la digitalización, surge paradójicamente un renovado interés por lo táctil, lo imperfecto y lo material. Durante décadas, el diseño gráfico ha oscilado entre la fascinación por las nuevas tecnologías y la nostalgia por las técnicas tradicionales, pero ahora estamos presenciando no una simple alternancia sino una verdadera simbiosis entre ambos mundos. La estética digital ultrapulida que dominó las primeras dos décadas del siglo XXI está cediendo terreno a un enfoque más híbrido que valora las huellas del proceso creativo humano, las texturas auténticas y la calidez de lo analógico. Los fondos texturizados están desplazando a las superficies planas y minimalistas, evidenciando este giro hacia la riqueza visual y táctil que solo lo analógico puede proporcionar. Esta tendencia no es casual ni temporal, sino que responde a una necesidad profunda de reconexión con lo sensorial en una cultura cada vez más mediada por pantallas e interfaces digitales.
El collage y el scrapbooking, técnicas que durante años se asociaron principalmente con actividades manuales y amateur, están experimentando un renacimiento sofisticado en el ámbito profesional del diseño. Para 2025 estamos presenciando un auge de las “fotos recortadas y álbumes de recortes”, una tendencia que conecta con la búsqueda de autenticidad en un mundo donde la generación de imágenes por IA se ha vuelto omnipresente. Lo que antes era considerado artesanal o incluso naíf se ha transformado en una poderosa herramienta de diferenciación visual, precisamente porque incorpora elementos que ningún algoritmo puede reproducir con total fidelidad: la textura de un papel rasgado a mano, las sombras impredecibles de capas superpuestas, o el sutil desgaste de materiales antiguos reutilizados. Estas características, lejos de ser vistas como limitaciones, son ahora valoradas como signos de autenticidad y humanidad.
El IED Barcelona muestra claramente esta tendencia al presentar en Sónar+D 2024 proyectos como “Unwoven memories” de Thinh Truong, que convierte recuerdos en tapices, o trabajos que exploran la creación de tipografías mediante códigos binarios. Estas iniciativas evidencian cómo las instituciones educativas líderes en diseño están impulsando la exploración de estos territorios híbridos donde la materialidad y la tecnología avanzada coexisten y se potencian mutuamente. No se trata ya de enseñar lo digital o lo analógico como caminos separados, sino de formar profesionales capaces de transitar fluidamente entre ambos mundos, aprovechando sus respectivas fortalezas para crear lenguajes visuales más ricos y complejos. La frontera entre disciplinas se difumina: un diseñador gráfico contemporáneo puede ser al mismo tiempo artesano, programador, artista plástico y director de algoritmos.
La búsqueda de autenticidad que impulsa este retorno a lo analógico no es simplemente una reacción nostálgica, sino una respuesta estratégica ante la homogeneización estética que las herramientas digitales pueden provocar cuando se utilizan de manera convencional. En un mercado saturado de imágenes generadas por sistemas de IA que comienzan a mostrar patrones reconocibles y cierta uniformidad estética, la incorporación de elementos tangibles, imperfectos y únicos se convierte en un poderoso diferenciador. Publicaciones especializadas como Slanted están dedicando creciente atención a esta intersección, con títulos específicos que abordan la relación entre la inteligencia artificial, la tipografía y los entornos digitales. Este interés académico y editorial confirma que no estamos ante una moda pasajera, sino frente a una transformación sustancial en la manera de concebir la creación visual contemporánea.
El resurgimiento de las estéticas vintage y retro, mencionadas como tendencia importante para 2025, adquiere una nueva dimensión cuando se combina con las capacidades transformadoras de la IA. No se trata simplemente de imitar estilos del pasado, sino de reinterpretarlos y recombinarlos con elementos contemporáneos para crear lenguajes visuales que son simultáneamente familiares e innovadores. Los generadores de imágenes de estilo analógico permiten emular con precisión el grano, la saturación de color y las imperfecciones características de la fotografía en película, pero lo verdaderamente interesante ocurre cuando estos filtros se aplican de manera selectiva o se combinan con elementos puramente digitales, creando contrastes significativos y narrativas visuales de múltiples capas. Esta tensión productiva entre lo reconociblemente retro y lo evidentemente contemporáneo genera un espacio creativo donde pasado y presente dialogan de maneras inesperadas.

La IA como colaboradora creativa, no como sustituta
La relación entre los diseñadores y la inteligencia artificial está evolucionando rápidamente desde el miedo a la sustitución hacia un modelo de colaboración creativa. Como señalan los expertos, la IA no está reemplazando la creatividad de los profesionales, sino potenciándola, “ayudándote a liberar tiempo de tareas tediosas para enfocarte en ideas y conceptos únicos”. Esta perspectiva colaborativa representa un cambio fundamental en la forma de entender la tecnología: de amenaza a herramienta expansiva que amplía las posibilidades creativas. Lejos de la visión apocalíptica que auguraba el fin del diseñador humano, estamos presenciando el surgimiento de una nueva sinergia donde los profesionales utilizan los sistemas de IA como colaboradores que amplifican sus capacidades, permiten explorar territorios creativos inaccesibles manualmente y automatizan aspectos técnicos repetitivos del proceso de diseño.
El desarrollo de herramientas específicas para esta fusión analógico-digital está acelerando la adopción de estos enfoques híbridos. Creadores de collages con inteligencia artificial como los mencionados en las fuentes permiten combinar la espontaneidad del collage tradicional con las capacidades organizativas y transformativas de los algoritmos. Estas aplicaciones facilitan la integración de elementos escaneados del mundo físico con componentes generados digitalmente, creando un flujo de trabajo que atraviesa constantemente la frontera entre lo material y lo virtual. El concepto de “Diseño potenciado por IA” que encabeza las tendencias para 2025 refleja precisamente esta nueva relación: la inteligencia artificial como amplificadora, no como reemplazo. Las herramientas de IA se están integrando en software tradicional como Photoshop, Canva e Illustrator, agregando capacidades que permiten manipular imágenes de formas antes imposibles o extremadamente laboriosas.
Proyectos educativos como los presentados por el IED en Sónar+D 2024 demuestran cómo esta colaboración puede generar resultados innovadores: “recuerdos convertidos en tapiz, tipografías creadas con códigos binarios, videoclips realizados en IA o relatos audiovisuales basados en silencios”. Estos ejemplos ilustran cómo la IA puede procesar, transformar y reinterpretar material analógico, manteniendo su esencia mientras lo expande hacia territorios inexplorados. La inteligencia artificial está asumiendo un papel de traductora entre mundos: puede analizar las cualidades visuales y emocionales de una pieza analógica y expandirlas algorítmicamente, o puede generar variaciones y exploraciones que serían imposibles de producir manualmente, pero que mantienen la conexión con el input original. Este rol de “puente” entre lo físico y lo digital es quizás una de las funciones más valiosas que la IA está aportando al proceso creativo contemporáneo.
La experimentación con estos sistemas híbridos requiere una nueva mentalidad por parte de los diseñadores: abrazar la imprevisibilidad y convertir las “imperfecciones” en oportunidades creativas. Como sugiere el título “Aesthetics imperfections” publicado por Slanted, estas imperfecciones pueden ser precisamente el factor diferenciador en un panorama visual cada vez más homogeneizado por la perfección algorítmica. Los diseñadores están aprendiendo a provocar, dirigir y seleccionar resultados inesperados, estableciendo un diálogo creativo con la máquina donde el control absoluto cede terreno a la serendipia guiada. Esta apertura a lo imprevisto representa un cambio significativo respecto al enfoque tradicional del diseñador como controlador absoluto de cada píxel o trazo, y requiere desarrollar un nuevo tipo de sensibilidad: la capacidad de reconocer el potencial creativo en outputs parcialmente aleatorios o no completamente previsibles.
El curso “De lo tangible a lo digital. Diseño Analógico con IA” mencionado en los resultados ejemplifica cómo esta nueva aproximación está siendo incorporada a la formación de los diseñadores contemporáneos. Aprender a “transformar objetos cotidianos en diseños arquitectónicos únicos utilizando metodologías innovadoras y herramientas de inteligencia artificial” implica desarrollar una sensibilidad dual: por un lado, mantener una conexión profunda con las cualidades físicas, táctiles y emocionales de los objetos; por otro, comprender los lenguajes computacionales y las capacidades de los algoritmos para procesar y transformar esas cualidades. Esta doble competencia está definiendo el perfil del diseñador de vanguardia en 2025: un profesional capaz de moverse con fluidez entre lo tangible y lo digital, entre lo intuitivo y lo programático, entre la tradición artesanal y la innovación tecnológica.
La integración de herramientas de IA en el arsenal creativo del diseñador no significa una dependencia ciega de la tecnología, sino todo lo contrario: requiere un conocimiento más profundo de los fundamentos del diseño para poder guiar adecuadamente el proceso colaborativo. Como señala el artículo “Diseño gráfico e inteligencia artificial”, los profesionales que mejor aprovechan estas nuevas herramientas son aquellos con una sólida formación en los principios compositivos, tipográficos y cromáticos del diseño tradicional. Este conocimiento les permite evaluar críticamente los outputs generados por la IA, seleccionar las opciones más adecuadas y refinar los resultados hacia soluciones que responden genuinamente a las necesidades comunicativas del proyecto. La verdadera maestría radica en saber cuándo y cómo delegar ciertas tareas a los algoritmos, mientras se mantiene un control firme sobre la dirección conceptual y la calidad final del trabajo.

Los nuevos lenguajes visuales híbridos
La convergencia entre técnicas analógicas y herramientas de IA está generando lenguajes visuales distintivos que no habrían sido posibles en ninguno de los dos mundos por separado. Estos nuevos lenguajes se caracterizan por yuxtaposiciones sorprendentes, capas de significado y textura, y una tensión productiva entre lo reconociblemente humano y lo evidentemente algorítmico. El IED Barcelona ejemplifica esta exploración con proyectos como “Plastic” de Sofia Masiello y “GliInivisibli” de Kamila Lucarelli, que representan un “ ‘lenguaje’ textil, gráfico y digital a partir de codificación binaria”. Estas propuestas desdibujan deliberadamente las fronteras disciplinares tradicionales, creando obras que son simultáneamente táctiles y computacionales, manuales y tecnológicas, emocionales y algorítmicas. La riqueza expresiva de estas piezas deriva precisamente de su naturaleza híbrida y de las fricciones creativas que se generan en la intersección de mundos aparentemente opuestos.
La estética del collage digital potenciado por IA está emergiendo como uno de los lenguajes visuales más distintivos de 2025. Esta aproximación combina la naturaleza fragmentaria y asociativa del collage tradicional con las capacidades transformativas y generativas de los algoritmos. El resultado son composiciones que pueden mantener la cualidad táctil y la narrativa visual del collage mientras incorporan elementos imposibles de conseguir manualmente: transiciones fluidas entre fragmentos dispares, manipulaciones de escala y perspectiva físicamente imposibles, o la generación de elementos visuales que complementan perfectamente los componentes escaneados. Las herramientas de IA para creación de collages permiten “reorganizar tus fotos arrastrándolas a diferentes celdas y modificar el espaciado, los bordes y las esquinas a tu gusto”, facilitando un proceso creativo que combina la intuición humana con las capacidades organizativas de la máquina.
Los influyentes de esta tendencia están combinando lo mejor de ambos mundos: la imperfección atractiva de lo analógico y la precisión expansiva de lo digital. Proyectos como los presentados en Sónar+D 2024 por el IED muestran cómo esta simbiosis puede manifestarse: “Unwoven memories” transforma recuerdos personales-elementos profundamente humanos y subjetivos-en tapices mediante procesos asistidos por tecnología. Esta transmutación de lo digital a lo físico y viceversa representa un ciclo creativo donde las ideas fluyen libremente entre ambas dimensiones, enriqueciéndose en cada transición. La IA actúa como un puente, permitiendo que conceptos abstractos se materialicen en objetos tangibles, y que objetos físicos sean analizados, deconstruidos y recombinados algorítmicamente para revelar posibilidades expresivas previamente insospechadas.
Este enfoque híbrido está generando oportunidades sin precedentes para los diseñadores que saben navegar con fluidez entre lo analógico y lo digital. Los proyectos más innovadores en este campo demuestran un dominio de ambos territorios: conocen profundamente las cualidades y limitaciones de los materiales físicos, pero también comprenden las arquitecturas computacionales que sustentan las herramientas de IA. Esta convergencia de saberes está dando lugar a profesionales con perfiles únicos, capaces de orquestar procesos creativos que serpentean constantemente entre lo tangible y lo virtual, aprovechando lo mejor de cada dominio. Estas nuevas metodologías de trabajo no son lineales ni secuenciales, sino iterativas y recursivas: el diseñador puede comenzar con bocetos manuales, digitalizarlos y procesarlos con IA, imprimir los resultados para intervenirlos físicamente, escanearlos de nuevo para una nueva ronda de procesamiento algorítmico, y así sucesivamente hasta lograr resultados que incorporan múltiples capas de intervención humana y computacional.
Las aplicaciones prácticas de este enfoque híbrido se están manifestando en diversos campos, desde la publicación editorial hasta la identidad visual corporativa. En el ámbito editorial, los diseñadores están utilizando técnicas de collage potenciadas por IA para crear portadas y maquetaciones que combinan la calidez de lo manual con la sofisticación técnica de lo algorítmico. En branding, esta fusión permite desarrollar identidades visuales con múltiples capas de significado y expresión, manteniendo la coherencia gracias a los sistemas generativos pero incorporando elementos tangibles que anclan la marca en el mundo físico. En publicidad, los visuales que combinan fotografía analógica con elementos generados o manipulados por IA están creando un lenguaje visual distintivo que captura la atención precisamente por su naturaleza híbrida y sorprendente.
El potencial de esta tendencia apenas comienza a explorarse. A medida que las herramientas de IA se vuelven más accesibles y sofisticadas, y que los diseñadores profundizan en sus posibilidades expresivas, podemos anticipar el surgimiento de escuelas y movimientos específicos dentro de esta corriente híbrida. Algunos se inclinarán hacia lo que podríamos llamar “lo analógico aumentado”, donde la IA actúa principalmente como amplificadora de las cualidades materiales; otros explorarán “lo digital materializado”, transmutando creaciones algorítmicas hacia expresiones físicas con texturas y presencia tangible. La riqueza de esta tendencia radica precisamente en su naturaleza dialéctica: no es ni puramente analógica ni exclusivamente digital, sino una conversación continua entre ambas sensibilidades que está generando algunos de los trabajos visualmente más estimulantes e innovadores de nuestra época.

La fusión prevalecerá
La fusión entre lo analógico y la inteligencia artificial representa mucho más que una simple tendencia estética pasajera; constituye una reconfiguración fundamental de las herramientas, procesos y resultados del diseño gráfico contemporáneo. Esta hibridación está generando nuevos lenguajes visuales que combinan la calidez, textura e imperfección de lo manual con la precisión, versatilidad y capacidad generativa de los algoritmos. Los diseñadores que comprenden el potencial de esta simbiosis están creando obras que no podrían existir en ninguno de los dos mundos por separado, estableciendo un nuevo paradigma creativo donde lo humano y lo computacional no compiten sino que se complementan y enriquecen mutuamente.
El renacimiento de técnicas como el collage y el scrapbooking, ahora potenciadas por herramientas de IA, responde a una búsqueda de autenticidad y diferenciación en un panorama visual cada vez más saturado. La materialidad, con sus texturas, granos e imperfecciones, aporta una dimensión sensorial y emocional que ningún algoritmo puede replicar completamente; por su parte, la IA expande las posibilidades de manipulación, combinación y transformación de estos elementos físicos hacia territorios previamente inexplorados. Esta dinámica bidireccional está redefiniendo el rol del diseñador, que evoluciona de simple ejecutor técnico a director creativo de un ecosistema donde herramientas analógicas y digitales se entrelazan constantemente.
Las instituciones educativas líderes, como el IED, ya están incorporando esta visión híbrida en sus programas formativos y exposiciones, reconociendo que el futuro del diseño no pasa por elegir entre lo analógico o lo digital, sino por dominar ambos territorios y sus intersecciones. Los proyectos más innovadores en este campo demuestran que la verdadera revolución no está en las herramientas en sí mismas, sino en la mentalidad que permite utilizarlas de manera integrada y fluida, transitando constantemente entre dimensiones materiales y virtuales según los requerimientos específicos de cada proyecto.
A medida que avanzamos hacia el futuro, es probable que esta tendencia se profundice y diversifique, generando subestilos y metodologías especializadas dentro del amplio espectro de la hibridación analógico-digital. Los diseñadores que mejor naveguen esta nueva realidad serán aquellos capaces de mantener una curiosidad permanente por las posibilidades tecnológicas emergentes, sin perder de vista el valor irreemplazable de la mano humana y su capacidad para infundir alma y significado a través de lo tangible. En última instancia, la fusión entre lo analógico y la inteligencia artificial nos recuerda que la creatividad humana siempre encuentra formas de expresarse a través de las herramientas disponibles, transformándolas y siendo transformada por ellas en un diálogo constante que define la evolución del diseño gráfico.
Referencias
- Grupo IED. (2024). «Diseño analógico e IA en la creación de nuevos lenguajes». IED Press. Documento técnico que analiza la integración de técnicas tradicionales con inteligencia artificial para la creación de lenguajes visuales innovadores, presentando casos de estudio de estudiantes del IED Barcelona y Milán.
- Larigelman. (2025). «10 Tendencias en Diseño Gráfico en el 2025: Lo que necesitas saber». Estudio comprehensivo sobre las principales corrientes estéticas y tecnológicas que están definiendo el panorama del diseño gráfico contemporáneo, con énfasis en la integración de IA en los procesos creativos.
- Piktochart. (2024). «9 tendencias de diseño gráfico en 2025». Análisis detallado de las tendencias emergentes en el campo del diseño gráfico, incluyendo efectos texturizados, elementos retro y la evolución del diseño generativo potenciado por IA.
- Tucci, G. (2024). «Aesthetics imperfections». Slanted Publishers. Obra que explora el valor de las imperfecciones estéticas en la era digital y cómo la inteligencia artificial está cambiando nuestra percepción de lo “perfecto” en el diseño.
- Benchimol, D. (2024). «Inteligencia artificial en la industria editorial». CANIEM. Análisis del impacto transformador de la IA en los procesos editoriales, desde la automatización hasta la personalización de contenidos, con énfasis en las oportunidades de innovación para diseñadores y editores.
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